Tal día como hoy, el 11 de marzo de 2004, el 11-M, tuvieron lugar en Madrid una serie de ataques terroristas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid llevados a cabo por una célula terrorista yihadista, tal como reveló la posterior investigación policial, sentenció la Audiencia Nacional y reiteró el Tribunal Supremo.
Fallecieron 193 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas.
Discurso del Rey Juan Carlos I con motivo de los atentados
La barbarie terrorista [simple_tooltip content=’SUMIR : PLONGER‘]ha sumido[/simple_tooltip] hoy a España en el más profundo dolor, repulsa e indignación.
Hombres, mujeres y niños, ciudadanos libres de todas las edades y ocupaciones, incluso de otros países, que se acercaban a sus destinos, escuelas y trabajos, se han encontrado brutalmente confrontados con la muerte y el sufrimiento.
Un escenario de [simple_tooltip content=’una pesadilla : un cauchemar‘]pesadilla[/simple_tooltip] se ha apoderado de todos los [simple_tooltip content=’un hogar : un foyer‘]hogares[/simple_tooltip] españoles para mostrar la cara más cruel y asesina del terrorismo.
En estos trágicos momentos, quiero hacer llegar a las familias de las víctimas mi más profundo afecto y el de toda Mi Familia. Con todos querría fundirme en un abrazo cargado de consuelo y tristeza.
Siempre estaremos con vosotros, con todos aquellos que sufren las consecuencias de [simple_tooltip content=’una locura macabra : une folie macabre‘]una locura macabra[/simple_tooltip] sin justificación posible. Estos repugnantes atentados sólo merecen la más enérgica y absoluta condena.
También me dirijo a los heridos y a sus familias, para expresarles nuestro calor, nuestra cercanía y nuestro deseo de pronta recuperación.
Vuestro Rey sufre con todos vosotros, comparte vuestra indignación, y confía en la fortaleza y eficacia del Estado de Derecho para que tan viles y [simple_tooltip content=’cobarde : lâche‘]cobardes[/simple_tooltip] asesinos caigan en manos de la Justicia, y cumplan en prisión todas las penas que los Tribuna les les impongan. Habrán de dar cuenta de sus crímenes, de forma irremisible.
Los servicios públicos y los ciudadanos de Madrid, siempre generosos, se han crecido en la tragedia para mostrar su [simple_tooltip content=’la entrega : le dévouement ◊ … ‘]entrega[/simple_tooltip] solidaria, su esfuerzo y colaboración.
Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad no cesan en su labor en defensa de nuestras libertades.
La España de buen corazón ha vibrado una vez más ofreciendo su ayuda material y apoyo moral.
A todos, nuestro agradecimiento más profundo.
El [simple_tooltip content=’el desaliento : le découragement‘]desaliento[/simple_tooltip] no está hecho para los españoles.
Somos un gran país, que ha demostrado [simple_tooltip content=’con creces : largement‘]con creces[/simple_tooltip] su capacidad para superar retos y dificultades.
Un país que bien sabe que, frente a la sinrazón y la barbarie, sólo cabe la unidad, la firmeza y la serenidad.
Unidad, firmeza y serenidad en la lucha contra el terrorismo, con todos los instrumentos que nos proporciona el Estado de Derecho, redoblando nuestros esfuerzos conjuntos para terminar con [simple_tooltip content=’esta lacra : ce fléau‘]esta lacra[/simple_tooltip], contando con la acción policial, la labor de la justicia y la cooperación internacional.
Unidad, firmeza y serenidad por encima de las legítimas diferencias de opinión, en torno a la más firme voluntad de convivencia pacífica y democrática, que garantiza nuestra Constitución, expresión soberana del pueblo español.
En estas horas de inmenso dolor, los españoles estamos llamados, más que nunca, a reafirmar nuestra determinación de acabar con la violencia terrorista.
Que no haya duda. El terrorismo nunca conseguirá sus objetivos. No conseguirá [simple_tooltip content=’DOBLEGAR : PLIER‘]doblegar[/simple_tooltip] nuestra fe en la democracia, ni nuestra confianza en el futuro de España.